Psalm 103:17-18
“But the love of the Lord remains forever with those who fear him. His salvation extends to the children’s children of those who are faithful to his covenant, of those who obey his commandments!”

 

Salmos 103:17-18
“Pero el amor del Señor permanece para siempre con los que le temen. ¡Su salvación se extiende a los hijos de los hijos de los que son fieles a su pacto, de los que obedecen sus mandamientos!”

 

Amor eterno e incondicional es difícil de encontrar, tal vez lo vemos en las películas y novelas, pero en vida real sólo el amor de Dios permanece para siempre. En el versículo de hoy aprendemos que específicamente el amor del Señor “permanece para siempre con los que le temen.” En otras palabras, ese amor de Dios (el sacrificio de Jesús) es dado para toda la humanidad; sin embargo, sólo los que lo aceptan como Salvador y Señor pueden disfrutar y beneficial de ese amor eterno de Dios. Por supuesto, aceptarlo como nuestro Señor, significa que nos importa y tememos en ofenderlo. Por eso el versículo 18 describe lo que es temer a Dios: “fieles a su pacto, de los que obedecen sus mandamientos.”