Salmos 17:1

Señor, oye mi justo ruego; escucha mi clamor; presta oído a mi oración, pues no sale de labios engañosos.

El día de hoy reflexionemos en la manera cómo nosotros oramos. El autor no ora con labios engañosos, sino con sinceridad. Me pregunto cómo uno puede orar sin sinceridad? Cómo podemos engañar hasta a Dios? El sabe de todo, hasta nuestros más profundos pensamientos. Además, los ruegos del autor a Dios con justos. A pesar de que él no lo especifica en este versículo, pero sabemos que un justo ruego involucra la justicia de Dios, no solamente de nuestra propia vanidad. Oremos hoy con sinceridad y hagamos un ruego justo, pidiéndole a Dios que Su justicia se haga en la tierra como en el cielo. Primero tenemos que tener esa disposición de vivir Su justicia en cada momento de nuestra vida. Dios es un Dios justo, así que no lo tomemos a pelo. Seamos íntegros y justos!