Apocalipsis 21:2-4
2 Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo desde la presencia de Dios, como una novia hermosamente vestida para su esposo. 3 Oí una fuerte voz que salía del trono y decía: «¡Miren, el hogar de Dios ahora está entre su pueblo! Él vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos. 4 Él les secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más».
Revelation 21:2-4
I saw the Holy City, the new Jerusalem, coming down out of heaven from God, prepared as a bride, beautifully dressed for her husband. And I heard a loud voice from the throne saying, “Now the dwelling of God is with men, and he will live with them. They will be his people, and God himself will be with them and be their God. He will wipe every tear from their eyes. There will be no more death or mourning or crying or pain, for the old order of thing has passed away.
La ciudad santa, la nueva Jerusalén, se refiere a nosotros los cristianos. Jesús prometió que algún día Él va a volver para llevarnos a nuestro destino final, donde Dios mismo estará con nosotros y nos secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas materiales y temporales que luchamos y queremos alcanzar ya no existirán más. Esto realmente nos hace reflexionar sobre nuestros valores. Los primeros cristianos solían decir: “Marantha, Regresa Señor Jesús!” porque esperaban ansiosos de la llegada del Señor, ya que sus valores estaban basados en la promesa de Dios y no en lo mundano.