Conexión con Jesús: Día 2
Jeremías 17:7-8
7 »Bendito el hombre que confía en el SEÑOR,
y pone su confianza en él.
8 Será como un árbol plantado junto al agua,
que extiende sus raíces hacia la corriente;
no teme que llegue el calor,
y sus hojas están siempre verdes.
En época de sequía no se angustia,
y nunca deja de dar fruto.»
Muchos de nosotros tendemos preocuparnos por muchas cosas. Yo también suelo luchar con esta debilidad. Cuando estoy metida en mis preocupaciones, me pongo más tensa y empiezo a pensar en posibles soluciones dependiendo de mí misma. En situaciones donde no existe soluciones o que son fuera del control humano (como tragedias), empezamos a pensar de una manera negativa, pesimista, y ver las cosas con miope (corto de vista). Eso poco a poco nos lleva al temor, pérdida de esperanzas, decepción, etc. Lo peor de todo es que empezamos a culpar y dudar de Dios.
El versículo de hoy nos hace acordar de que deberíamos confiar en el Señor y poner nuestra confianza en él. Eso no significa que haciéndolo ya no va ver más ‘sequias’, pero las circunstancias y temporadas no nos van a afectar tanto, porque dependemos de un Dios vivo, quien nos provee agua viva. La próxima vez que nos preocupamos por algo, volvamos inmediatamente a Dios a través de la oración. Pero cuando oramos, no hay que sostenernos de esas preocupaciones. Confiar significa entregar esas cargas a Dios y dejar que El tome el control y nos alivie. Seamos un árbol plantado junto al agua y nuestras raíces hacia la corriente!