Juan 1:24-28
24 Entonces los fariseos que habían sido enviados 25 le preguntaron:
—Si no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta, ¿con qué derecho bautizas?
26 Juan les dijo:
—Yo bautizo con agua, pero aquí mismo, en medio de la multitud, hay alguien a quien ustedes no reconocen. 27 Aunque su servicio viene después del mío, yo ni siquiera soy digno de ser su esclavo, ni de desatar las correas de sus sandalias.
28 Ese encuentro ocurrió en Betania, una región situada al oriente del río Jordán, donde Juan estaba bautizando.
Una vez más aprendemos de la humildad de Juan el Bautista: “Aunque su servicio viene después del mío, yo ni siquiera soy digno de ser su esclavo, ni de desatar las correas de sus sandalias.” Debemos aprender de su humilles y tener el mismo corazón de servicio sin esperar nada a cambio para sí mismo, sino solo con el propósito de enaltecer a nuestro Señor Jesús.