Juan 4:27-30
27 Justo en ese momento, volvieron sus discípulos. Se sorprendieron al ver que Jesús hablaba con una mujer, pero ninguno se atrevió a preguntarle: «¿Qué quieres de ella?» o «¿Por qué le hablas?». 28 La mujer dejó su cántaro junto al pozo y volvió corriendo a la aldea mientras les decía a todos: 29 «¡Vengan a ver a un hombre que me dijo todo lo que he hecho en mi vida! ¿No será éste el Mesías?». 30 Así que la gente salió de la aldea para verlo.
Mientras que los propios discípulos de Jesús no entendían lo que estaba pasando y empezaron a tener prejuicio de lo que hizo Jesús, la mujer quien estaba confusa, entendió al final lo que Jesús dijo y la nueva vida y oportunidad que El le dio. Estaba tan feliz y agradecida de su experiencia con Jesús que “dejó su cántaro junto al pozo y volvió corriendo a la aldea mientras les decía a todos: 29 «¡Vengan a ver a un hombre que me dijo todo lo que he hecho en mi vida! ¿No será éste el Mesías?». 30 Así que la gente salió de la aldea para verlo.” Así como la mujer, hemos experimentado mucho de Jesús, pero cuan agradecidos y felices estamos para que la gente a nuestro alrededor tenga esas mismas ganas de conocer a Jesús?
John 4:27-30
27 Just then his disciples came back. They were shocked to find him talking to a woman, but none of them had the nerve to ask, “What do you want with her?” or “Why are you talking to her?” 28 The woman left her water jar beside the well and ran back to the village, telling everyone, 29 “Come and see a man who told me everything I ever did! Could he possibly be the Messiah?” 30 So the people came streaming from the village to see him.