Juan 6: 8-15
8 Entonces habló Andrés, el hermano de Simón Pedro: 9 «Aquí hay un muchachito que tiene cinco panes de cebada y dos pescados. ¿Pero de qué sirven ante esta enorme multitud?». 10 Jesús dijo: «Díganles a todos que se sienten». Así que todos se sentaron sobre la hierba, en las laderas. (Sólo contando a los hombres sumaban alrededor de cinco mil). 11 Luego Jesús tomó los panes, dio gracias a Dios y los distribuyó entre la gente. Después hizo lo mismo con los pescados. Y todos comieron cuanto quisieron. 12 Una vez que quedaron satisfechos, Jesús les dijo a sus discípulos: «Ahora junten lo que sobró, para que no se desperdicie nada». 13 Entonces ellos juntaron las sobras y llenaron doce canastas con los restos que la multitud había dejado después de comer de los cinco panes de cebada. 14 La gente, al ver la señal milagrosa que Jesús había hecho, exclamó: «¡No hay duda de que es el Profeta que esperábamos!». 15 Cuando Jesús vio que estaban dispuestos a hacerlo rey a la fuerza, se escabulló hacia las colinas él solo.

 

Ayer vimos que en medio de problemas, Dios tiene Su plan y propósito. Hoy vemos que su plan es tan perfecto y dado a conocer en su tiempo, tan extraordinario que supera cualquier expectativa que pudo haber tenido los discípulos. El proveyó más que suficiente, mucho más de lo que la gente necesitó. Por eso, Dios no solamente tiene un plan en cada prueba que nos pone, pero Su plan supera más allá de lo que podemos imaginar.

 

John 6:8-15
8 Then Andrew, Simon Peter’s brother, spoke up. 9 “There’s a young boy here with five barley loaves and two fish. But what good is that with this huge crowd?”
10 “Tell everyone to sit down,” Jesus said. So they all sat down on the grassy slopes. (The men alone numbered about 5,000.) 11 Then Jesus took the loaves, gave thanks to God, and distributed them to the people. Afterward he did the same with the fish. And they all ate as much as they wanted. 12 After everyone was full, Jesus told his disciples, “Now gather the leftovers, so that nothing is wasted.” 13 So they picked up the pieces and filled twelve baskets with scraps left by the people who had eaten from the five barley loaves.
14 When the people saw him do this miraculous sign, they exclaimed, “Surely, he is the Prophet we have been expecting!” 15 When Jesus saw that they were ready to force him to be their king, he slipped away into the hills by himself.