Juan 6:47-51
47 »Les digo la verdad, todo el que cree, tiene vida eterna. 48 ¡Sí, yo soy el pan de vida!49 Sus antepasados comieron maná en el desierto, pero todos murieron, 50 sin embargo, el que coma el pan del cielo nunca morirá. 51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo. Todo el que coma de este pan vivirá para siempre; y este pan, que ofreceré para que el mundo viva, es mi carne». 52 Entonces la gente comenzó a discutir entre sí sobre lo que él quería decir. «¿Cómo puede este hombre darnos de comer su carne?», se preguntaban. 53 Por eso Jesús volvió a decir: «Les digo la verdad, a menos que coman la carne del Hijo del Hombre y beban su sangre, no podrán tener vida eterna en ustedes; 54 pero todo el que coma mi carne y beba mi sangre tendrá vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final.55 Pues mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. 56 Todo el que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. 57 Yo vivo gracias al Padre viviente que me envió; de igual manera, todo el que se alimente de mí vivirá gracias a mí. 58 Yo soy el pan verdadero que descendió del cielo. El que coma de este pan no morirá —como les pasó a sus antepasados a pesar de haber comido el maná— sino que vivirá para siempre». 59 Jesús dijo esas cosas mientras enseñaba en la sinagoga de Capernaúm.
A pesar de las quejas de la gente, Jesús toma el tiempo de explicarlos claramente la razón por la cual El llama a sí mismo ‘el pan verdadero que descendió del cielo.’ El sacrificio de Jesús, Su cuerpo y sangre derramada por nosotros en la cruz, nos da una nueva oportunidad de reconciliar con Dios, por lo tanto, todos los que creemos en El tenemos vida eterna.
John 6:47-51
47 “I tell you the truth, anyone who believes has eternal life. 48 Yes, I am the bread of life!49 Your ancestors ate manna in the wilderness, but they all died. 50 Anyone who eats the bread from heaven, however, will never die. 51 I am the living bread that came down from heaven. Anyone who eats this bread will live forever; and this bread, which I will offer so the world may live, is my flesh.” 52 Then the people began arguing with each other about what he meant. “How can this man give us his flesh to eat?” they asked. 53 So Jesus said again, “I tell you the truth, unless you eat the flesh of the Son of Man and drink his blood, you cannot have eternal life within you. 54 But anyone who eats my flesh and drinks my blood has eternal life, and I will raise that person at the last day. 55 For my flesh is true food, and my blood is true drink. 56 Anyone who eats my flesh and drinks my blood remains in me, and I in him. 57 I live because of the living Father who sent me; in the same way, anyone who feeds on me will live because of me. 58 I am the true bread that came down from heaven. Anyone who eats this bread will not die as your ancestors did (even though they ate the manna) but will live forever.” 59 He said these things while he was teaching in the synagogue in Capernaum.