Juan 13:6-11
6 Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo: —Señor, ¿tú me vas a lavar los pies a mí? 7 Jesús contestó: —Ahora no entiendes lo que hago, pero algún día lo entenderás. 8 —¡No! —protestó Pedro—. ¡Jamás me lavarás los pies! —Si no te lavo —respondió Jesús—, no vas a pertenecerme. 9 —¡Entonces, lávame también las manos y la cabeza, Señor, no sólo los pies! —exclamó Simón Pedro. 10 Jesús respondió: —Una persona que se ha bañado bien no necesita lavarse más que los pies para estar completamente limpia. Y ustedes, discípulos, están limpios, aunque no todos. 11 Pues Jesús sabía quién lo iba a traicionar. A eso se refería cuando dijo: «No todos están limpios».
Jesús al decir que «No todos están limpios», una vez más le está advirtiendo a Judas a que no caiga en la tentación y le está dando una oportunidad para volver a donde El. Así como los discípulos, hoy ya estamos limpios, porque Jesús lavó y limpió nuestros pecados. Reflexionemos y evaluemos sobre nuestras acciones y pensamientos para ver si refleja la limpieza que Jesús nos ha dado.