Juan 19:4-6
4 Pilato volvió a salir. —Aquí lo tienen —dijo a los judíos—. Lo he sacado para que sepan que no lo encuentro culpable de nada. 5 Cuando salió Jesús, llevaba puestos la corona de espinas y el manto de color púrpura. —¡Aquí tienen al hombre! —les dijo Pilato. 6 Tan pronto como lo vieron, los jefes de los sacerdotes y los guardias gritaron a voz en cuello: —¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!
—Pues llévenselo y crucifíquenlo ustedes —replicó Pilato—. Por mi parte, no lo encuentro culpable de nada.
Los que más deberían entender de la palabra de Dios, así como los jefes de los sacerdotes, fueron los que gritaron a voz en cuello para que Jesús fuera crucificado. Hasta un gentil con autoridad (Pilato), alguien que no conoce bien de Dios y del antiguo testamento, declaró la inculpabilidad e inocencia de Jesús. Pilato reafirmó muchas veces que Jesús era culpable de nada; sin embargo, los judíos insistieron en crucificarlo. Es triste ver que los que más deberían conocer la voluntad de Dios y más tiempo tienen en la fe son los que actúan contra u indiferentes de Él. Reflexionemos y tengamos en cuenta nuestra relación con Dios día a día.