Filipenses 2:10-11
10 para que ante el nombre de Jesús
se doble toda rodilla
en el cielo y en la tierra
y debajo de la tierra,
11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,
para gloria de Dios Padre.
Nuestro Señor Jesucristo es majestuoso y merece de toda alabanza y adoración. Algún día, toda creatura en el cielo y en la tierra no se resistirá en arrodillarse ante El y confesar de Su grandeza y gloria! No nos fijemos en lo temporal, fijemos en lo eterno. Jesús trajo la eternidad ante nuestros ojos para que podamos tener propósito y esperanza en esta vida terrenal. Hoy en nuestra oración, arrodillémonos y confesemos declarando “Jesús, eres nuestro Señor.”