Salmos 56:4
Alabo a Dios por lo que ha prometido. En Dios confío, ¿por qué habría de tener miedo? ¿Qué pueden hacerme unos simples mortales?
En el pasaje de ayer reflexionamos sobre el significado y la importancia de temer a Dios. El versículo de hoy recuerda que si tememos y confiamos a Dios, no tendríamos que tener miedo a otras situaciones o /y personas. Muchas veces tememos lo que la gente va a pensar o decir de nosotros en vez de temer lo que va a pensar Dios. El único que merece de nuestro temor y reverencia por su grandeza, justicia, integridad, y majestad es nuestro Señor. Habrá alguna situación/persona a que/quien temes hasta incluso ocupan el lugar de Dios? Te preocupa más esas situaciones o te importa más lo que piensan esas personas más que lo que piensa Dios?