1 Timoteo 1:12-14
12 Doy gracias al que me fortalece, Cristo Jesús nuestro Señor, pues me consideró digno de confianza al ponerme a su servicio. 13 Anteriormente, yo era un blasfemo, un perseguidor y un insolente; pero Dios tuvo misericordia de mí porque yo era un incrédulo y actuaba con ignorancia. 14 Pero la gracia de nuestro Señor se derramó sobre mí con abundancia, junto con la fe y el amor que hay en Cristo Jesús.
Cada uno de nosotros hemos sido blasfemo, incrédulo y actuado con ignorancia antes cuando todavía no conocíamos a Dios. Sin embargo, como Pablo, la gracia de nuestro Señor Jesús se ha derramado sobre nosotros y ahora lo conocemos y podemos tener una relación personal con El. Además de ello, Dios nos ha dado el privilegio de poder servirlo. Sin embargo, al ponernos a Su servicio no significa que vamos a depender únicamente de nuestras habilidades o fuerza. Pablo nos recuerda el día de hoy que ninguno de nosotros somos aptos o dignos de servirlo, pero Dios nos perdonó, por eso debemos dar gracias a Dios! Él es quien nos fortalece para servirlo.