1 Timoteo 4:14-16
14 Ejercita el don que recibiste mediante profecía, cuando los *ancianos te impusieron las manos. 15 Sé diligente en estos asuntos; entrégate de lleno a ellos, de modo que todos puedan ver que estás progresando. 16 Ten cuidado de tu conducta y de tu enseñanza. Persevera en todo ello, porque así te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen.
Cada uno de nosotros hemos recibido uno o más dones del Espíritu Santo; sin embargo, pocos los ejercitamos para servir a Dios y nuestros prójimos. Se imaginan si todos nosotros usamos los dones que tenemos en el servicio a Dios y a nuestros prójimos? Cuan maravilloso sería! A demás de ejercitar nuestros dones, Pablo una vez más anima a Timoteo a ser diligente en las cosas que había mencionado antes, así como el insistir y ensenar a los hermanos a entrenarse en la sumisión a Dios, a leer las Escrituras, etc. Y por último, nuestra conducta es muy importante y muy relacionada a lo que ensenamos e insistimos a nuestros hermanos. Nuestra forma de vivir y testimonio vale más que nuestras palabras.