1 Timoteo 5:8
Aquellos que se niegan a cuidar de sus familiares, especialmente los de su propia casa, han negado la fe verdadera y son peores que los incrédulos.
Que nuestro testimonio como cristianos sea completo, no solamente en la iglesia, con nuestros amigos, en la escuela o en el trabajo, sino que también en nuestra casa. Nos encontramos más difícil compartir la palabra de Dios con nuestros familiares, y muchas veces nos rendimos rápidamente. La mayoría de nuestros familiares no han aceptado a Jesús todavía, así que empecemos con una forma más práctica, la cual es orar por ellos. Así mismo, reflexionemos en cómo podemos balancear nuestro tiempo en servir a Dios y a nuestros hermanos y la familia.