Hebreos 11:6
“De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad.”
“Sin fe es imposible agradar a Dios.” Nuestra trayectoria con Dios comenzó con fe y requiere fe para permanecer firmes hasta el final. Muchos de nosotros podemos relacionarnos con Tomás. Cuando los discípulos le contó a Tomás que Jesús había resucitado, él respondió: “No lo creeré a menos que vea las heridas de los clavos en sus manos, meta mis dedos en ellas y ponga mi mano dentro de la herida de su costado.” Ocho días después, Jesús apareció en medio de ellos y le dijo a Tomás: “Pon tu dedo aquí y mira mis manos; mete tu mano en la herida de mi costado. Ya no seas incrédulo. ¡Cree!..Tú crees porque me has visto, benditos los que creen sin verme” (Juan 20:24-29). Sí, tal vez somos muy parecidos a Tomás por nuestra poca fe. Sin embargo, aquí Jesús nos dice que tenemos una ventaja a comparación de Tomás: “benditos los que creen sin verme”! A poner fe en Dios y buscarlo cada día con sinceridad!