Colosenses 1:27-28
27 Dios decidió darles a conocer este plan tan grande y maravilloso para todas las naciones, y que es el siguiente: Dios envió a Cristo, para que habite en ustedes y les dé la seguridad de que van a compartir el poder y la gloria de Dios. 28 Nosotros anunciamos a Cristo, y con toda sabiduría aconsejamos y enseñamos a todos, para que lleguen a ser perfectos como Cristo.
Cristo habita en nosotros. Cristo vive en nosotros para ayudarnos a ser “más y más parecidos a Él a medida que somos transformados a su gloriosa imagen” (2 Corintios 3:18). Donde sea que vayamos y hagamos, Dios está con nosotros. Nuestra meta es permitir a que Él nos forme y lleguemos “a ser perfectos como Cristo” (Col. 1:28). No solo tenerlo habitando en nosotros, sino vivirlo, imitarlo, para que Él nos transforme la vida. De esta manera podemos proclamar a Cristo, aconsejar, discipular a los que todavía no conocen de Él o recién lo ha aceptado a vivir un vida de agrado para nuestro Dios y Señor.
“Nosotros anunciamos a Cristo, y con toda sabiduría aconsejamos y enseñamos a todos, para que lleguen a ser perfectos como Cristo.”