Juan 18:33-36

33 Pilato volvió a entrar en el palacio y llamó a Jesús. —¿Eres tú el rey de los judíos? —le preguntó. 34 —¿Eso lo dices tú —le respondió Jesús—, o es que otros te han hablado de mí? 35 —¿Acaso soy judío? —replicó Pilato—. Han sido tu propio pueblo y los jefes de los sacerdotes los que te entregaron a mí. ¿Qué has hecho? 36 —Mi reino no es de este mundo —contestó Jesús—. Si lo fuera, mis propios guardias pelearían para impedir que los judíos me arrestaran. Pero mi reino no es de este mundo.

El reino de Dios no es de este mundo. Jesús siendo Dios, pudo haber mandado a los ángeles a impedir el arresto; sin embargo, El no usó Su poder y supremacía para salvarse. Jesús nos demostró cómo uno puede estar en el mundo, pero no pertenecer a él. Humildemente y siempre en la verdad, Jesús resistió cada prueba del mundo y soportó cada injusticia y venció al mundo, para ensenarnos de que nosotros también podemos! Estemos firmes en la verdad y no nos conformemos con este mundo!

Memoricemos este versículo: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).