Salmos 68:4-5

¡Canten alabanzas a Dios y a su nombre! Canten alabanzas en alta voz al que cabalga sobre las nubes. Su nombre es el Señor; ¡alégrense en su presencia! Padre de los huérfanos, defensor de las viudas, éste es Dios y su morada es santa. 

Nuestro Señor Dios es el único digno de alabanzas. No solamente por lo que ha hecho en nuestras vidas, Él es digno de alabanzas por ser quien es; nadie se compara a Su poder, grandeza, y majestad. Por ser todas estas cosas deberíamos temerlo y adorarlo seriamente así como lo hicieron los profetas y diferentes personajes en la Biblia. Hoy tenemos una razón más por la cual lo alabamos y adoramos con alegría y gozo: Además de Su incomparable poder y autoridad en el cielo como en la tierra, Dios nos demostró Su misericordia y gracia a través del sacrificio de Su único hijo Jesucristo. Alabemos hoy al Señor y para siempre por quien es y lo que hizo por nosotros no solamente con cantos pero también con nuestras vidas!